Nunca había visto nada igual. Lo comparé con una piel llena de viruela. Yo había imaginado el desierto como una extensión de arena infinita. Ahora desde el avión contemplaba una escena completamente inexplicable para mi. ¿Qué eran esas manchas verdes o grisáceas? Tienen que comprender que para alguien que nació en plena zona tropical, en medio de una sábana rodeada de montañas de un verde intenso, un lugar como este resulta completamente... novedoso.
Y ese fue mi primer encuentro con El Paso, Texas. No muy afortunado. Más bien chocante. Mi esposo acababa de recibir una oferta para trabajar como radiólogo en Texas Tech. Él, desde luego emocionado con la perspectiva profesional, veía todo maravilloso. Les confieso que yo, no tanto. Aunque yo me adapto fácilmente a los cambios, como me he tenido que mover muchas veces, prefiero no hacer comparaciones porque siempre hay algo mejor o peor de lo que uno deja atrás. Las situaciones son simplemente distintas. Pero el paisaje agreste de El Paso era MUY diferente. Mi esposo y yo somos colombianos, pero hemos vivido en Ciudad de México, Miami, y Milwaukee. De allí veníamos, de las frías tierras, pero también verdes, de Wisconsin y por supuesto el cambio de clima era un punto a nuestro favor. Sin embargo cuando le comentaba a mis amigos que veníamos a El Paso nos miraban con cara de compasión...
¡Cómo ha cambiado mi percepción desde entonces! Ya llevo casi cuatro años en esta ciudad y me siento muy a gusto. El Paso es como vivir en México organizado por los americanos, me dijo alguien y creo que es una buena descripción. El ambiente latino y la amabilidad de la gente son muy especiales. Además, claro que es muy interesante vivir en la frontera. Eso de ser de aquí y de allá. Que casi todo el mundo es bilingüe. Qué aún los anglosajones saluden ¨Hello mija¨ es muy peculiar y quizás la gente que ha nacido acá no se da cuenta de esa facilidad y de la gran oportunidad que tienen. Cuando uno crece en medio de dos culturas tiene la posibilidad de adaptarse más fácilmente a los cambios, de entender mejor a otras personas, de ser tolerante, simplemente de comunicarse mejor.
Es una lástima que los distritos escolares no se preocupen realmente por formar y fomentar la educación bilingüe. Tienen sin duda, un potencial muy grande que desperdician, porque solo unas escuelas con directivos con visión lo han implementado. Pero ese me gustaría que fuera el tema de otra de mis columnas. Simplemente lo menciono porque es una lástima que los jóvenes crezcan únicamente con el español de sus abuelitas y no lo sepan escribir. ¡Creo que pierden una oportunidad enorme! Pero en fin. Para una persona como yo, que lleva seis años trabajando en EEUU en el tema del mercado hispano, vivir en esta ciudad representa una linda oportunidad.
Me he encontrado con una ciudad diversa y abierta. Aquí uno encuentra gente de muchos lugares del mundo. Desde luego muchos mexicanos de Chihuahua, mexicanos de otros lugares, gente de otros estados de la unión americana que están aquí porque trabajan en compañías multinacionales (en las famosas maquilas de Ciudad Juarez), y desde luego están los militares, pero también hay europeos, indús, árabes... Más bien, a decir verdad, he conocido poca gente de El Paso. Mejor dicho, paceños nacidos aquí, por lo menos yo, no he conocido tantos.
El hecho de ser una ciudad diversa, la hace que esté en constante movimiento. Por eso no la siento estancada, sino en desarrollo, en constante cambio. Quizás como el Miami de hace unos 35 años, cuando la inmigración cubana la volvió una urbe cosmopolita para los latinos, ahora El Paso, con el empuje de los empresarios mexicanos que están inmigrando por la complicada situación violenta de su país, se está convirtiendo en una ciudad pujante, con interesantes ofertas culturales y comercio, muy distinta a la imagen polvorienta que se tiene de las películas.
Se vive bien y tranquilo en El Paso. A pesar de las tristes historias que vive nuestra vecina, Ciudad Juarez que ojalá logren controlar pronto. Incluso he aprendido a disfrutar del paisaje. La montaña rocosa es sin duda inspiradora. ¡Los atardeceres y sus colores son algo espectacular! Alguien incluso mencionaba la fortuna que tenemos de no tener desastres naturales. Aquí no tiembla. Ni hay huracanes... Así que me siento contenta de vivir en El Paso, mejor dicho, ¡que viva El Paso!
Hola Marcela,
ResponderEliminarYo represento a una compañía de productos de belleza de reconocimiento mundial que está actualizando su base de datos de bloggers. Durante nuestra investigación inicial, nos encontramos con su blog. Usted representa el tipo de blogger que nuestro cliente está interesado en añadir a su lista de correo electrónico para recibir sus comunicaciones de medios. La comunicación contiene enlaces a materiales de prensa, vídeos, imágenes, recursos útiles y solicitud de muestras del producto para los medios.
No encontramos una dirección de correo electrónico en su blog. Si usted está interesada en recibir la comunicación, por favor envíe su correo electrónico a olga@oboteam.com.
Por favor, incluye el nombre de su blog y el URL o dirección electrónica de su blog cuando nos envía su correo electrónico.
Gracias por aceptar nuestra invitación.
Olga